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Senegal es uno de los países más estables del continente africano. Desde 1960, las transiciones de poder han sido pacíficas y no han tenido lugar ataques terroristas por parte de países vecinos. La estabilidad política ha garantizado a Senegal una dinámica económica positiva, un ecosistema económico propicio (al menos en comparación con otros países de la región) y algunos avances hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El sector terciario constituye el principal contribuyente al PIB, al que sigue un sector primario dinámico complementado con un potente subsector agroindustrial y químico (basado principalmente en los fertilizantes). A pesar de que, en general, el sector del petróleo y el gas, así como la industria extractiva, no están plenamente desarrollados, también contribuyen al desarrollo del país.
En 2014, con el fin de profundizar en los avances logrados en materia de desarrollo económico y social, el gobierno senegalés lanzó el Plan Sénégal Émergent 2014-2035 (Plan Senegal Emergente), donde se identifican los principales retos económicos y sociales con el fin de superarlos en los próximos 14 años. Los principales problemas de Senegal son la rápida urbanización incontrolada, que provoca un gran nivel de pobreza entre la población rural que se desplaza a las zonas urbanas, y la existencia de un sector informal masivo, lo que explica el bajo nivel de desempleo en el país. Además, la falta de acceso universal a la educación sigue siendo un problema, con casi 1,5 millones de niños fuera del sistema de educación formal y con una cantidad significativa de niños y niñas que asisten a escuelas coránicas[1]. Asimismo, estos retos se han visto gravemente agravados por la actual pandemia del COVID-19. De hecho, a pesar de los progresos realizados por el país, la pobreza sigue siendo uno de los mayores problemas del país, con un 38% de la población que vive por debajo del umbral de la pobreza en 2011. La falta de datos disponibles en los últimos años sobre los indicadores de pobreza, así como el hecho de que el IDH siga siendo muy bajo (incluso por debajo de países en guerra como Siria), muestran claramente la necesidad de avanzar hacia un desarrollo más inclusivo en el país.
En este sentido, antes del estallido de la pandemia del COVID-19, el gobierno senegalés puso en marcha una Estrategia de Protección Social en 2017, con el objetivo de establecer un conjunto de medidas de protección social y seleccionar a la población vulnerable para efectuar planes de transferencia de efectivo. En cuanto a los servicios sanitarios, el gobierno senegalés ha mejorado considerablemente el acceso a los servicios sanitarios, contribuyendo, de este modo, a la consecución del ODS 3, relativo a la vida sana y el bienestar.
Las estadísticas presentadas en esta infografía han sido recopiladas por GlobalCAD a partir de los datos de organizaciones internacionales, en el marco de un proyecto realizado en 2020 que consistió en la elaboración de un mapeo del compromiso de las empresas en África Occidental y Central para identificar aquellas con mayor potencial para crear alianzas con UNICEF.
A través de este estudio, se pusieron en marcha algunas iniciativas relevantes, como la Fondation du Secteur Privé pour l’Education en 2013, con el fin de apoyar a los niños y jóvenes a través de la educación técnica. Para ello, se consideró la situación de los talibés[2] y se les proporcionó la posibilidad de volver a la educación formal.
Además de estos esfuerzos, conjuntamente con el Ministerio de Economía, Finanzas y Planificación de Senegal, UNICEF lanzó en 2017 una Plataforma Multisectorial de Responsabilidad Social Empresarial (PM-RSE). Esta iniciativa proporcionó apoyo social y técnico para comprometer y promover a los actores del sector privado y contribuir a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables, a través de la creación de una mesa de diálogo para debatir sobre las soluciones más eficaces para los desafíos de Senegal[3].


[1] Una escuela coránica (árabe. kuttāb) es una institución de barrio en una ciudad o pueblo, a menudo conectada con una mezquita en la que los niños y niñas musulmanes de entre cuatro y catorce años se familiarizan con el Corán. Pertenece a la educación no formal.
[2] Niños de 4 a 14 años que asisten a escuelas coránicas y están fuera del sistema educativo formal
[3] Plateforme Multi-partenariale de la Responsabilité Sociétale des Entreprises