Los retos estructurales del desarrollo en Camerún
Por Ivana Ivorra
Foto: Eduard Temba en Unsplash

Por su gran diversidad geológica y cultural, Camerún ha ganado el apodo de “la África en miniatura”. En los últimos años el país ha realizado varios esfuerzos por avanzar en la consecución de los objetivos trazados en la Agenda 2030. Sin embargo, factores como la pobreza, el acceso limitado a la educación y políticas insuficientemente favorecedoras del desarrollo económico dificultan el avance del país en esta área.

Si bien el sector terciario del país experimentó un ligero crecimiento económico en 2019, este no fue lo suficientemente inclusivo como para contribuir a un mejor desarrollo del capital humano.

Las estadísticas presentadas en esta infografía fueron compiladas a partir de datos de organismos internacionales por GlobalCAD, que elaboró este año un mapeo del compromiso empresarial en África Occidental y Central para identificar aquellas con mayor potencial para crear alianzas con UNICEF.

Entre los retos más persistentes, como se indica en la infografía, cabe señalar una economía poco diversificada y mayormente centrada en el petróleo; y, en general, un clima desfavorable para desarrollar negocios, que dificulta la inversión extranjera.

En materia de indicadores sociales, Camerún no ha logrado garantizar la educación básica universal y las carencias de infraestructura y profesorado dificultan la calidad de la oferta.

Como indican los datos para el ODS 1 relativo a la pobreza, el país africano enfrenta una gran desigualdad socioeconómica entre las zonas rurales, cuyo nivel de pobreza se sitúa alrededor del 70%, y las zonas urbanas, donde esta cifra ronda el 5%, según el Banco Mundial.  

Otro de los problemas sociales a los que se enfrenta el país es el alto porcentaje de personas desplazadas internamente por catástrofes naturales, fruto de una deficiente gestión del cambio climático. Ello, así como los ataques del grupo terrorista Boko Haram en el norte y las crisis internas en la región noroeste y suroeste desde 2017, han dado lugar a un IDH[1] muy rezagado, como se indica en la infografía.

De acuerdo con los indicadores calificación macroeconómica de la CPIA del Banco Mundial, el país todavía se encuentra por debajo de la media de cumplimento de los ODS, aunque las políticas e instituciones ha mejorado considerablemente desde 2016. Para contribuir a la mejora de esta situación, el Gobierno, así como algunas otras organizaciones e instituciones, se esfuerzan en promover el compromiso del sector privado como motor de crecimiento y diversificación económica. No obstante, la mayoría de los esfuerzos realizados por las organizaciones del sector privado en Camerún se concentran en el ámbito sanitario y de la nutrición.

Entre las iniciativas más relevantes, cabe destacar la cooperación entre Ecobank Cameroon SA y el Gobierno de Estados Unidos. Durante ocho años, se proporcionó apoyo económico a pequeñas y medianas empresas del sector sanitario camerunés, con el fin de mejorar la salud de mujeres y los niños.

UNICEF ha contribuido mucho a fomentar el compromiso del sector privado en el respeto de derechos de la infancia. Por ejemplo, en 2018 firmó un acuerdo con el United Bank of Africa (UBA) que desembocó en una capacitación sobre responsabilidad social corporativa dirigida a los empleados de esta última organización.  


[1] El Índice de desarrollo humano (IDH) es un indicador elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que se utiliza para clasificar a los países en cuatro niveles de desarrollo humano y está compuesto por la esperanza de vida, la educación e indicadores de ingreso per cápita. Noruega ocupa la posición 1, representando al país con las mejores tasas de IDH. Por su parte, Camerún se sitúa el 150 de los 189 países.