¿Sigue siendo una quimera la cogestión territorial para la protección del medio ambiente?
Foto: CAD Productions

En los últimos años, las comunidades indígenas se han posicionado como actores clave para la protección del medio ambiente y constituyen una de las mayores alianzas para la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, las alianzas entre comunidades indígenas y otros actores del ecosistema no están exentas de dificultades y podrían no cumplirse los resultados y las expectativas si estas no se organizan desde el enfoque de la cogestión territorial.

Para entender cómo pueden ayudar las comunidades indígenas en la conservación de la naturaleza, hay que tener en cuenta de dónde surge el interés internacional por involucrar a estos actores. En este sentido, cabe destacar que los pueblos originarios se vieron obligados a actuar en un sistema político y social ajeno a sus propias formas de organización y que conllevó a la expropiación de sus territorios, su exclusión y empobrecimiento.

El rol de los pueblos indígenas en la preservación medioambiental

Frente a la desigualdad que esto ha ocasionado, y en paralelo al auge de la conciencia internacional respecto a los problemas ambientales globales, los pueblos indígenas empezaron en los años 80 a levantar su voz y hacer oír sus propias reivindicaciones. Estas se enfocan, sobre todo, en el cuidado de la naturaleza, la autonomía o la defensa de los estados multiculturales.

Los pueblos indígenas empezaron en los años 80 a levantar su voz y hacer oír sus propias reivindicaciones. Foto: CADProductions.

Bajo el paraguas de la globalización, dichas reivindicaciones llegaron al público, favoreciendo el surgimiento de alianzas con ONG ambientalistas que tenían intereses comunes. En este contexto, uno de los primeros movimientos se dio en los años 90 con el Primer Encuentro Cumbre entre Pueblos indígenas y Ambientalistas, promovido por la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y que finalizó con la firma de la Declaración de Iquitos. Esta declaración destaca la necesidad de las comunidades indígenas y organizaciones conservacionistas de trabajar conjuntamente en la preservación de la Amazonía.

Con el paso del tiempo estas alianzas iniciales han ido posicionando a las comunidades indígenas como guardianes de la naturaleza. De hecho, hoy en día, la preservación del ecosistema de un territorio no se concibe sin la participación de las comunidades indígenas. No obstante, debemos recordar que estas comunidades indígenas, al involucrarse en alianzas para la conservación, se ven obligadas a participar en un sistema político y social que no se inscribe en su cosmovisión. Nos encontramos, por tanto, con actores cuyos imaginarios diferentes pueden dificultar el entendimiento entre las partes.

Considerando esta situación, es necesario que todos los actores se relacionen desde una posición de equidad, que se esfuercen por entender las distintas perspectivas y que se flexibilicen los procesos para adaptarlos a los usos y costumbres de los distintos actores, en especial de las comunidades indígenas. Sin estos requisitos, no se logrará llegar a la co-gestión, ya que se seguirán reproduciendo dinámicas en las que las visiones dominantes imponen sus criterios y maneras de funcionar. El resultado, en estos casos, es que las comunidades indígenas no pueden ser actores de su propio desarrollo y su participación se reduce a una mera etiqueta de legitimación publicitaria de los proyectos.

Impulsando negocios verdes a través de procesos participativos

Para responder a estos retos, Conservación Internacional ha presentado un proyecto para promover la cogestión en las reservas comunales, como propuesta al Fondo Verde para el Clima. El proyecto pone en práctica un modelo para el diseño de una iniciativa con las comunidades indígenas y no únicamente para ellas. La propuesta de proyecto de cogestión territorial tiene como objetivo restaurar los ecosistemas degradados, mejorando la vida de las comunidades y la sostenibilidad de diez reservas comunales y sus áreas circundantes.

Un proyecto de cogestión territorial se propone restaurar los ecosistemas degradados mejorando la vida de las comunidades y la sostenibilidad de diez reservas comunales. Foto: CADProductions.

En el diseño de la propuesta están participando, entre otros actores, el Ministerio del Ambiente de Perú (MINAM), el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) y la Asociación Nacional de Ejecutores de Contrato de Administración del Perú (ANECAP). Asimismo, se ha estado implicando a las instancias encargadas de la representación de las comunidades indígenas para la gestión de las Reservas comunales.

El proyecto se desarrolla a través de procesos consultivos respetuosos con las cosmovisiones de las comunidades indígenas. Se están considerando las necesidades y formas de trabajar de estas últimas para romper con la percepción errónea que se tiene de sus capacidades.  Si se quiere lograr un impacto a largo plazo y con carácter transformador, es importante entender el ecosistema en el que se va a incidir y valorar qué puede aportar cada uno de los actores para lograr el objetivo común.

Dicho enfoque debe adoptarse desde el propio proceso de diseño y necesita de un fuerte liderazgo comunitario para abordar de raíz las causas de los problemas sociales. En este caso vemos como los distintos actores están tratando de trabajar conjuntamente desde la fase de diseño para mejorar la vida de las comunidades, promoviendo el uso sostenible de los ecosistemas para limitar la deforestación y la degradación de los bosques amazónicos. Están, por lo tanto, invirtiendo su tiempo y sus recursos para lograr diseñar un verdadero proyecto de cogestión territorial con y para las comunidades indígenas.

GlobalCAD ha participado en este proyecto mediante la propuesta de una estructura de financiamiento para impulsar los negocios verdes en las reservas comunales. Para ello, creó un buscador de fondos verdes, que permite a las comunidades indígenas acceder a los medios financieros para implementar el modelo de gestión de reservas comunales.

Construyendo alianzas sólidas para el cambio social

Este tipo de enfoque requiere tiempo. Se necesita tiempo para entender las causas de los problemas que se quieren abordar, pero también para entender las necesidades que surgen y las consecuencias de las posibles soluciones a adoptar. El respeto de los plazos permite que los distintos actores implicados construyan relaciones de confianza que les permitan participar de manera transparente y equitativa.

Los actores del desarrollo necesitamos ajustar los plazos de trabajo a las realidades de las comunidades y no dejarnos llevar por los ciclos político-financieros que actualmente marcan muchos procesos. La cogestión territorial no puede darse sin la participación real de todos los actores del ecosistema, incluidas las comunidades indígenas. Este es el único camino para lograr cambios estructurales que lleven a un verdadero impacto transformador.

Andrea Gutiérrez
Andrea Gutiérrez
Andrea es especialista de GlobalCAD en alianzas intersectoriales. Tiene experiencia en la implementación de programas de capacitación en alianzas con comunidades indígenas en México y Perú.