

Julia Pérez se unió al equipo de GlobalCAD hace ocho años como especialista en la promoción de negocios inclusivos, emprendimiento y desarrollo de pymes. Es una de las consultoras de GlobalCAD que implementó la investigación de acción sobre los procesos de cambio y las lecciones aprendidas de la implementación del Fondo piloto de Desarrollo de Habilidades (SDF por sus siglas en inglés) en Uganda.
Entre 2018 y finales del 2020, ha trabajado junto con otras colegas en la evaluación sobre la respuesta del SDF a los desafíos nacionales en materia de Educación Técnica y Vocacional y la forma en que el programa contribuye a reformas más amplias de la estrategia Skilling Uganda. Su trabajo descubrió y capitalizó las mejores prácticas y las lecciones clave aprendidas sobre dicha iniciativa para la toma de decisiones. Las conclusiones del caso ugandés en este sentido son claras: desarrollar las habilidades emprendedoras de los jóvenes fomenta la inclusión económica.
Hablamos con ella para entender el alcance y los principales resultados de esta investigación que se ha publicado recientemente.
GC: ¿Qué es el Fondo para el Desarrollo de Capacidades?
JP: El SDF (por sus siglas en inglés) es un fondo piloto financiado por la agencia de cooperación belga ENABEL, la Unión Europea, la Agencia de Cooperación Irlandesa (Irish Aid) y la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ). Sus actividades fueron implementadas en diferentes regiones de Uganda por ENABEL en colaboración cercana con el Gobierno de Uganda. El objetivo general del SDF ha sido crear un entorno que facilite la formación técnica y vocacional de calidad e inclusiva, orientada a desarrollar las habilidades técnicas y de vida relevantes para la sociedad y el mercado laboral local, además de estimular alianzas entre organizaciones públicas y privadas. Para conseguir este objetivo, el SDF financió diferentes tipos de modalidades de programas de formación técnica y vocacional dirigidos a jóvenes, mujeres y niñas en situación de vulnerabilidad del país.
GC: ¿Qué se ha logrado con esta investigación sobre el Fondo para el Desarrollo de Capacidades en Uganda?
JP: El resultado principal de la investigación ha sido una identificación de las mejores prácticas y las lecciones claves aprendidas de la implementación del Fondo. En base a los resultados del informe del estudio se elaboraron notas de asesoramiento sobre políticas en materia de la relevancia, calidad, acceso, efectividad y eficiencia de los programas de formación de desarrollo de capacidades, dirigidas a actores claves en la toma de decisiones en este campo.
GC: ¿Qué ha sido el hallazgo más importante del estudio?
JP: La investigación realizada por GlobalCAD, por un lado, ha generado evidencia sobre qué enfoques de formación son los que mejor funcionan para lograr un desarrollo de capacidades inclusivo y de alta calidad. Por otra parte, ha evaluado la gestión del SDF en materia de eficiencia y cumplimiento de sus resultados esperados. Esta evidencia servirá para documentar el diseño y funcionamiento de un Fondo Nacional de Desarrollo de Capacidades que sustituirá al actual SDF y en el que participarán varios sectores del campo de Desarrollo de Capacidades de Uganda.
Podemos decir que este informe arrojó varios hallazgos importantes que constataron la relevancia de las actividades del SDF. El hallazgo principal es que la creación de alianzas público – privadas ha ayudado de manera eficaz a incrementar la relevancia de los programas de formación de desarrollo de capacidades. Esto ocurre especialmente cuando estos programas tienen un enfoque práctico y están enfocados a cubrir capacidades que son relevantes para el mercado laboral local.
GC: ¿Cuál es la mayor fortaleza del Fondo de Desarrollo de Capacidades?
JP: Desde mi opinión, considero que el Fondo de Desarrollo de Capacidades (SDF) es un instrumento relevante para mejorar los programas de desarrollo de capacidades en Uganda por diversos motivos: primero, su enfoque es bastante innovador en el sentido de que busca acercar el mundo de la formación y del trabajo mediante modalidades de formación innovadoras.
Segundo, por el hecho de que estimula alianzas entre instituciones que ofrecen educación y formación técnica y el sector privado con el fin de que las personas beneficiarias realicen prácticas en empresas y/o pequeños negocios al mismo tiempo que estudian en el centro de formación.
Y tercero, por su alcance: los programas de formación financiados por el Fondo de Desarrollo de Capacidades están dirigidos a una población vulnerable que, en muchos casos, no tiene acceso al sistema de educación formal de Uganda. Estos grupos vulnerables son, sobre todo, jóvenes, mujeres y niñas, que a veces también tienen una vulnerabilidad adicional como una enfermedad o pertenecen a una etnia minoritaria.


GC: ¿En qué áreas puede ser mejorado el Fondo?
JP: Más de 10 mil personas han sido o están siendo beneficiadas de los programas de formación financiados por el SDF. A pesar de su alcance y de haber alcanzado los resultados deseados, detectamos diversas áreas de mejora.
Nuestra investigación detectó la necesidad de una mayor definición de los procesos de gestión interna a fin de lograr una mayor eficiencia. Asimismo, se ha recomendado que el SDF destine recursos humanos y financieros a capacitar a las organizaciones que aplican y / o reciben financiación de su parte, en aras de asegurar la sostenibilidad de las iniciativas.
Sin embargo, el SDF es una iniciativa compleja, con objetivos ambiciosos; que involucra un amplio rango de actores y pionero en su enfoque de unir al sector privado y público en la oferta de formación. Además, el contexto no facilita la implementación de programas de desarrollo de capacidades ya que no existen políticas nacionales claras en cuanto a la formación técnica profesional; los actores no están bien coordinados; no hay mucha información sobre las necesidades reales del mercado laboral, y tampoco hay muchas ofertas de empleo a las que puedan acceder los grupos vulnerables.
GC: ¿Cuáles son las necesidades que pretende satisfacer este fondo?
JP: El SDF brinda acceso equitativo e inclusivo a programas de formación técnica a la juventud vulnerable, mujeres y niñas de Uganda con el fin de que puedan estar mejor preparados para el mercado laboral. Desde su creación, unas 10 mil personas en situación de vulnerabilidad han sido beneficiadas por programas de formación financiados por el SDF. Además, alrededor de un 68% de las personas beneficiarias han encontrado un trabajo o han creado su propio negocio después de participar en una formación. Aunque queda mucho por hacer para lograr un acceso equitativo e inclusivo a programas de formación técnica y profesional de calidad en Uganda, podemos decir, que a través del SDF este acceso ha mejorado.
GC: ¿Podría replicarse este proyecto en otros contextos? ¿De qué manera?
JP: Es una pregunta no muy fácil de responder. En principio, entendemos que sí, pero depende desde qué punto de partida se responda. La evidencia recopilada a través de la investigación demuestra que los enfoques del SDF funcionan y arrojan los resultados deseados para este tipo de iniciativas. Por otro lado, debido a la complejidad de la iniciativa y sus objetivos ambiciosos, el contexto específico de cada país debe tomarse en cuenta a la hora de poner en marcha este tipo de proyectos. El grado de desarrollo de las instituciones públicas, de las entidades de formación, del sector privado, así como las necesidades del mercado deben ser aspectos a tomar en cuenta en el diseño e implementación de un Fondo de Desarrollo de Capacidades.
GC: ¿En qué consistió el rol de GlobalCAD?
JP: El papel de GlobalCAD en este proyecto fue el de realizar la coordinación general de la investigación, así como la del análisis de los datos recopilados y redacción del informe y las notas políticas de asesoramiento. Junto a mi compañera Nina Retzlaff, formamos el equipo de consultoras internacionales que se requirió para la implementación del proyecto.
GC: ¿Cómo se llevó a cabo el proyecto?
JP: En este proyecto trabajamos en colaboración con el centro de investigación ugandés Economic Policy Research Centre (EPRC), entre octubre de 2018 y finales de 2020. Ellos representaron el equipo local de consultores y estuvieron encargados de realizar la recopilación de datos para la elaboración del informe. Para ello, realizaron grupos de discusión con alrededor de 800 personas beneficiarias de programas de formación y realizaron más de 140 entrevistas con actores claves del gobierno, sector privado, personal de ENABEL, proveedores de capacitación, entre otros. Para la realización del informe, era muy importante involucrar a representantes de todas las partes interesadas con el fin de obtener información variada y contrastada y que fuera relevante para la realización de conclusiones y recomendaciones finales.


Al inicio del proyecto, Nina Retzlaff y yo realizamos una misión a la capital de Uganda, Kampala, para facilitar un taller de formación al equipo encargado de la recolección de datos y también para realizar entrevistas con actores claves. Otras misiones para la realización de talleres con ENABEL así como con actores claves involucrados en la implementación de las actividades del SDF y para la presentación del informe estaban planificadas pero debido a las restricciones de viaje impuestas por la pandemia del COVID-19, estas se realizaron vía online.
GC: ¿Qué te ha enseñado a ti personalmente este proyecto?
JP: Personalmente, este proyecto me ha aportado mucho. Puedo decir que ha sido uno de mis proyectos favoritos implementados con GlobalCAD. Especialmente por el tema de Desarrollo de Capacidades. Hasta ahora, he trabajado como consultora en diversos proyectos de asistencia técnica e investigación en temas de emprendimiento y reconozco la importancia de éste para el desarrollo económico de los países. Pero con este proyecto he aprendido mucho sobre “habilidades emprendedoras”, que no es lo mismo que emprendimiento, y la importancia de incluirlas en los programas de formación para el desarrollo de capacidades.
Durante las entrevistas y presentaciones realizadas en el marco del proyecto, hemos podido percibir la relevancia de nuestro informe y el interés de los diferentes actores involucrados en utilizar la evidencia para realizar acciones que influirán en la mejora del sector de la formación técnica en Uganda. Mi deseo es que en base a esta evidencia que hemos podido recopilar, se creen e implementen políticas públicas que mejoren la calidad y el acceso a programas de formación de desarrollo de capacidades en este país.