

Los niños, niñas y adolescentes son particularmente vulnerables a los desastres ocasionados por fenómenos naturales. Esto es una evidencia en México, un país situado en la región donde se concentra la mayor actividad sísmica del planeta.
Consultores de CAD viajaron a dos de los municipios más afectados del país, Juchitán (Oaxaca) y Jojutla (Morelos), para entender cómo viven la infancia mexicana este tipo de desastres.
Preocupados por los efectos de los terremotos en la niñez mexicana, UNICEF contrató a un grupo de consultores de CAD para comprender las consecencias en los niños del interior del país estos fenómenos y sus necesidades desde una perspectiva integral de derechos humanos.
Esto se realiza a través de un estudio comparado de casos que permitirá identificar las principales afectaciones que sufrieron niños, niñas y adolescentes, así como generar evidencia y recomendaciones.
Estas últimas guiarán los esfuerzos de abogacía de UNICEF con el Gobierno y otros actores interesados, así como los propios programas de preparación, respuesta y recuperación ante emergencias de este organismo.
México fue recientemente golpeado por dos terremotos de magnitudes 8.1 y 7.1 grados en la escala de Richter los pasados 7 y 19 de septiembre de 2017 respectivamente.
Como resultado, varios niños pudieron haber sido afectados por malnutrición y de enfermedades causadas por la interrupción del suministro de alimentos o la ingesta de agua contaminada.
También pueden desencadenarse problemas psicológicos como consecuencia inmediata del desastre y del estrés en la familia y el duelo por las pérdidas.
A largo plazo, los desastres pueden causar interrupciones en la educación o el ingreso familiar, y empujar a los niños, niñas y adolescentes al mercado laboral para ayudar a sus familias a sustentarse económicamente.
Foto principal: Niños de Juchitán en uno de los talleres. Luis F. Cervantes.