

Todos nos beneficiamos de los cuidados y el trabajo doméstico, una labor que no suele ser remunerada. Las niñas y las mujeres, sin embargo, tienen una participación desproporcionada en estas tareas: las realizan tres veces más que los hombres. Estas cifras se derivan de datos de 83 países, recogidos en el informe de las Naciones Unidas Progresos en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Si sumamos las horas de trabajo remunerado, el resultado es que las niñas y las mujeres trabajan más horas y tienen menos tiempo para descansar, cuidar de sí mismas, aprender, participar en actividades políticas y otras actividades.
Asimismo, las desigualdades en la distribución del cuidado y el trabajo doméstico no remunerado tienen un impacto en el potencial económico de estos grupos.
Se han hallado mayores riesgos de pobreza entre las madres solteras y las mujeres de mayor edad que entre los hombres que viven solos en hogares similares.
La meta para revertir la situación es reconocer y valorar el cuidado y el trabajo doméstico no remunerado a través de la provisión de servicios públicos, infraestructura y políticas de protección social. La promoción de la responsabilidad compartida dentro del hogar y la familia como es también necesaria para ganar en equidad.
CAD trabaja con Cities Alliance en la mejora de los bienes y servicios públicos para fomentar el crecimiento económico equitativo.En el marco de esta colaboración, CAD documenta y demuestra cómo los bienes y servicios públicos sensibles al género son clave para el desarrollo económico local.
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