

Cuando Donald Trump decidió retirar el apoyo al acuerdo de Paris contra el Cambio Climático, firmada por 195 países, parecía dar la espalda a la ciencia creando una división histórica con sus socios Europeos.
La retirada es importante, ya que Estados Unidos es el segundo mayor contaminante del mundo, emitiendo el 25% de las emisiones de CO2 mundiales (China es el primero, con el 30% y la Unión Europea como grupo produce el 9%).
Sin embargo, el mensaje es más simbólico que táctico. Las propuestas de Obama de reducir entre un 26 y un 28% las emisiones para 2025 ya habían sido desmanteladas rápidamente por Trump y su Scott Pruitt, el negacionista del cambio climático más fundamentalista, vinculado a las grandes petroleras y eléctricas, que ahora dirige la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Además, el Acuerdo no es vinculante como lo era el Protocolo de Kioto, (que George W. Bush abandonó en 2001, por cierto, y a pesar de ello la lucha contra el cambio climático siguió y ganó importantes adeptos, como China).
En este Acuerdo de París, cada país es libre de decidir su propio camino sobre como recortar emisiones de gases de efecto invernadero. Así que Estados Unidos no sólo se queda solo de manera bochornosa negando la evidencia de los efectos climáticos; sino que pierde la gran oportunidad de liderar lo que sin lugar a dudas serán los nueves mercados emergentes que aportarán más trabajo y crecimiento económico: la era del desarrollo sostenible.
Quien sí parece aprovechar las oportunidades que brinda la historia es esta nueva Francia liderada por Macrón, que rápidamente se ha apropiado del testigo de la lucha contra el cambio climático. No sólo se apresuró a decir que Estados Unidos daba la espalda al mundo retirándose del Acuerdo sino que ha anunciado una nueva Cumbre el 12 de diciembre en París para adoptar nuevos medidas, sobretodo en el ámbito financiero.
En GlobalCAD llevamos años luchando para paliar los efectos del Cambio Climático, ayudando a gobiernos, organizaciones internacionales y empresas privadas a reducir sus emisiones y diseñar estrategias que ayuden a adaptar y mitigar sus efectos. Asimismo, ayudamos a dichas organizaciones a promover una transición paulatina hacia economías más sostenibles y menos contaminantes.
Hemos trabajado en países tan diversos como Trinidad y Tobago, las islas Maldivas, Surabaya en Indonesia, Georgia o Costa Rica, desarrollando planificaciones estratégicas para que dichos territorios puedan convivir contaminando menos y generando sociedades más saludables con uso de recursos más sostenibles.
Actualmente, por ejemplo, estamos gestionando un proyecto en Timor Leste con el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) donde apoyaremos al gobierno a diseñar estrategias nacionales para promover la gestión integrada de las zonas costeras y planes de adaptación, de manera que reduzca la vulnerabilidad creciente en términos de catástrofes naturales, como las fuertes lluvias estacionales, ciclones, tormentas tropicales o inundaciones costeras.
En definitiva, en GlobalCAD creemos que también es importante aprovechar las oportunidades que brinda la historia. En este sentido, luchar contra el cambio climático, unir fuerzas entre países, entre sector público y sector privado, desarrollar modelos de negocio más sostenibles, economías mas eco-eficientes, no sólo mejorará la relación que tenemos con nuestro entorno, sino que nos brinda una gran oportunidad para crear nuevos sistemas económicos que no condicionen nuestro futuro ni la capacidad de nuestras futuras generaciones de resolver el suyo.