Entrevista a Fernando Casado sobre comercio justo

Hay muchos métodos para mejorar el mundo: el consumo responsable, el uso consciente de nuestros recursos, el voluntariado por una causa, el apoyo a organizaciones que luchan por un futuro mejor para nuestro planeta. Para inspirarte a que puedas añadir tu propio granito de arena, hemos hecho entrevistas con diferentes entidades para que nos cuenten su punto de vista. Entrevista a Fernando Casado como autor del libro «No Somos Hormigas» – el libro que se ha convertido en un movimiento.

Entrevista de radio en Olokuti, 19 de julio de 2011

[Hay muchos métodos para mejorar el mundo: el consumo responsable, el uso consciente de nuestros recursos, el voluntariado por una causa, el apoyo a organizaciones que luchan por un futuro mejor para nuestro planeta. Para inspirarte a que puedas añadir tu propio granito de arena, hemos hecho entrevistas con diferentes entidades para que nos cuenten su punto de vista. Hoy presentamos la segunda parte de la entrevista con No Somos Hormigas – el libro que se ha convertido en un movimiento.]

Olokuti: En Occidente asumimos unos niveles mínimos de derechos para nuestros trabajadores y familias (educación, sanidad, seguridad laboral, igualdad, etc.) que sin embargo no se cumplen en la mayoría de productores de otros países cuyos productos consumimos cotidianamente. ¿qué hace falta socialmente para equilibrar este nivel de exigencia interna/externa?

Fernando Casado (No Somos Hormigas): Los derechos de trabajadores y familias en materia de educación, sanidad, seguridad laboral e igualdad son de los mayores logros que se consiguieron después de la revolución industrial en occidente. Ello requirió un proceso muy largo de reivindicación por parte de movimientos sociales, una ciudadanía formada y educada que salió a la calle a exigir más derechos, un sistema de gobernanza democrático, un marco legal que penalizaba los incumplimientos y un sector privado sensible a estas presiones. No fue un proceso corto ni fácil e intervinieron varios factores para su logro. Para que ello se cumpla en otros países productores más empobrecidos es preciso promover una estrategia con varias líneas de actuación y actuar con cierta perspectiva de los procesos necesarios para inculcar estos cambios, ya que una penalización arancelaria, como se ha ido ejerciendo en las fronteras europeas, sólo genera más pobreza y deteriora todavía más los derechos de las personas a las que en principio se pretende proteger. Debido a ello, las principales actuaciones deberían ir orientadas en torno a lo siguiente:

  1. Crear un marco de colaboración entre los gobiernos implicados para enfatizar la importancia de dichos derechos (no hay medida más efectiva que la de un gobierno sensibilizado que quiere proteger a sus ciudadanos).
  2. Trabajar activamente con las empresas productoras para que se conciencien de la necesidad de inculcar esos derechos. Ello implicará ofrecer capacitación y formación en estas áreas, sistemas de gestión sobre derechos laborales y derechos humanos e incentivos para que mejoren no sólo sus procesos productivos sino también los de sus proveedores.
  3. Trabajar activamente con las ONG implicadas en revindicar derechos y denunciar prácticas laborales abusivas para promover campañas de sensibilización en los países productores.
  4. Trabajar con asociaciones de consumidores, tanto en mercados de países productores como en mercados occidentales, para incentivar el consumo responsable que apremie productos de dichos países que cumplen con buenas prácticas.
  5. Apoyar el proceso de etiquetaje social y solidario para que aquellos productos de países empobrecidos que hayan sido producidos de manera responsable puedan promover sus buenas prácticas y el consumidor sepa distinguir su proceso.

Exigir que los productores de países empobrecidos garanticen más derechos para sus trabajadores y sus ciudadanos es necesario y ayuda a crear un entorno favorable para garantizar dichos derechos. Pensar que la denuncia por sí sola o la prohibición o limitación del consumo de dichos productos sin un apoyo integral en las otras áreas mencionadas va a aportar soluciones sostenibles es irreal, e incluso puede acabar condicionando a los mismos ciudadanos a los que se pretende ayudar.

Olo: El comercio justo nos muestra que es posible un desarrollo equitativo en toda la cadena de consumo ¿qué elementos del comercio justo serían necesarios potenciar para convertirse en un concepto de consumo masivo?

NSH: El principal reto a la hora de convertir el concepto de comercio justo en consumo masivo es la cultura y sensibilización del consumidor. Estamos acostumbrados a consumir de manera automática sin tener conciencia del impacto directo de nuestras decisiones. El consumidor tiene un poder enorme que no suele ejercer por falta de concienciación. De hecho, cada vez que salimos a la calle estamos haciendo política. Cada vez que entramos en un supermercado decidimos apoyar y penalizar buenas prácticas. Muchas veces sin ser conscientes de ello. El consumidor es el último eslabón de la cadena de valor del producto (previo quizás al reciclador) y es quien da sentido a su proceso. Por lo tanto, cualquier iniciativa orientada a sensibilizar al consumidor en su facultad de “juez de aprobación” del proceso productivo y de animal político que va condicionar el tipo de productos y servicios que perdurarán en el futuro ayuda a promoverlo como consumo masivo. En este sentido, si por un lado si ha habido un auge individual en la toma de decisiones de consumo que se toman y cada vez influye más los aspectos sociales e impactos ambientales en los procesos de producción, sorprende lo debilitadas que están las asociaciones de consumo en el estado español en comparación a otros países de mercados occidentales. Dichas asociaciones son fundamentales para poder ejercer el derecho de elección de consumo de manera organizada y documentada. Apoyar a las asociaciones de consumidores para trabajar más en esta dirección ayudaría a avanzar en la presión por el lado de consumidor para lograr una sociedad con productos y servicios más sostenibles y solidarios.

Sobre “No Somos Hormigas”

Todo empezó con un libro. “No Somos Hormigas” es una guía para los optimistas informados de este mundo. Un libro a contracorriente que documenta el estado de la humanidad en 3 capitulos, que marcan la estrategia de todas las iniciativas estilo “No Somos Hormigas” que se han creado gracias a este libro:

Paso 1: reconocer que muchas cosas van bastante bien.
Paso 2: reconocer las cosas que no funcionan.
Paso 3: actuar y participar.
Puedes unirte al movimiento o descubrir las iniciativas ya existentes. Así que deja ya de ser hormiga, y ayúdanos a hacer de este mundo un mundo algo mejor.

También puedes leer la primera parte de la entrevista con No Somos Hormigas.

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