¿Es la RSE la herramienta que armoniza el desarrollo económico, social y medioambiental, o simplemente estamos fomentando la hace tiempo denominada burbuja especulativa de la RSE?

El Periódico de Aragón 24/02/2007

Por Casado Cañeque, Fernando

Dicen que los espejos no mienten. Si observamos la capacidad que ha tenido la RSE en generar empleos, crear departamentos de empresas, consultoras y revistas especializadas, formar observatorios, foros de expertos, comisiones mixtas, y lograr en menos de cinco años, estar tan presente en la agenda pública y privada de todos… uno se pregunta si realmente estamos logrando encontrar el santo grial que armoniza el desarrollo económico, social y medioambiental, o simplemente fomentando la hace tiempo denominada burbuja especulativa de la RSE.

Existen varias carencias que ponen en evidencia los cambios necesarios que se han de promover para garantizar que la RSE sea finalmente internalizada por la empresa, y se convierta en esa herramienta útil para generar un diálogo proactivo con la sociedad de la que es parte, de manera que le permita resolver los retos de la globalización conjuntamente. Entre ellos está el dilema entre generar valor y aumentar la cuenta de resultados; la necesidad de contabilizar los intangibles asociados con sus impactos; la integración del responsable de RSE dentro de su propia empresa para que sus planteamientos sean escuchados en los consejos de administración; el conflicto de intereses vigente entre una política empresarial sostenible y los resultados a corto plazo; y dado el creciente poder que tienen las empresas en la economía mundial, los procesos de toma de decisiones que definen la gestión del poder y cómo esas decisiones afectan a la sociedad.

Para que la empresa pueda responder a los actuales retos globales a los que nos enfrentamos de crecimiento demográfico, consumo insostenible de recursos, terrorismo e inestabilidad política, deberá superar su actitud filantrópica o de acción social actual e integrar las implicaciones de la RSE en sus líneas de negocio: en la estrategia, gestión y gobernanza de su actividad empresarial. Para ello, el principal reto es resolver como maximizar el potencial que tienen las empresas a la hora de generar bienes y servicios de interés público, sin condicionar los activos esenciales del empresariado: creatividad, innovación y competitividad.

Ante todos estos eventos, es preciso replantearse el papel que está jugando la RSE en consolidar la relación entre la empresa y la sociedad, valorar sus limitaciones y carencias, e identificar las oportunidades que puede aportar en el nuevo entorno global.

Es preciso  replantearse de nuevo el concepto original de la RSE, analizando en profundidad la necesidad y el porqué de la necesidad de integrarla en la gestión, y valorar si la involucración actual es realmente un intento de reconciliar estas necesidades generando un cambio cultural de la empresa, o simplemente una estrategia para ampliar las cuotas de mercado hacia el consumidor sensibilizado. Ante los problemas actuales que afectan al mundo, la respuesta es urgente porque ya no es suficiente saber que la empresa no es parte del problema. Es necesario que sea parte de la solución.

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